El teléfono cayó sano y salvo, gracias a la protección de la película protectora de la pantalla
protector de pantalla
En esa tarde ordinaria e inadvertida, el sol brilla perezosamente en todos los rincones de la habitación, estoy inmerso en el mundo de pulgadas cuadradas de mi teléfono móvil, tocando la pantalla con las yemas de los dedos, deslizándome cada mensaje y disfrutando de la comodidad y diversión de la era digital. Sin embargo, en esta tranquilidad y comodidad, un episodio repentino me dio una comprensión y gratitud más profundas por los detalles aparentemente insignificantes pero vitales de la vida.